
El nuevo paquete de medidas anunciado hoy por el Presidente del Gobierno, para intentar salir de la crisis, ha tenido una «medida estrella» por encima del resto (aunque supongo que los funcionarios no compartirán esta afirmación): la subida del IVA.
¿Qué supone la subida del IVA? ¿Es necesaria la medida?
¿Cómo afectará la medida a la recaudación pretendida?
¿Afecta a las empresas o sólo a los ciudadanos?
Reflexiones sobre esta medida, injusta e insolidaria.
El Gobierno ha anunciado un paquete de medidas encaminado a recaudar y ahorrar una cantidad de dinero imprescindible para poder seguir haciendo frente a los pagos. España se encuentra en una situación económica tan grave, que si no adoptara medidas correctores se vería abocada a una bancarrota inminente.
Dentro de estas medidas, destaca la «negada» subida del IVA. El IVA es un Impuesto Indirecto que grava el consumo de bienes o servicios. Cada vez que se produce un consumo, la operación se grava con un IVA que va a parar a las arcas públicas. En un artículo anterior explicamos las diferencias entre Impuestos Directos e Indirectos. Resumiendo, los Directos son aquellos que gravan la renta o la riqueza y los Indirectos los que gravan el consumo, sin atender a la riqueza de quien paga el impuesto.
Con ello, no podemos más que estar en contra de esta medida injusta e insolidaria para los ciudadanos. El IVA es un impuesto que lo paga todo el mundo por igual, sin importar su riqueza, sus rentas. En definitiva, grava por igual a ricos y a pobres. Sin embargo, es cierto que la recaudación de los impuestos indirectos es la más sencilla para un Estado, puesto que no es el Estado el recaudador del impuesto, sino que «obliga» a otras personas (empresas) a que lo recauden en su lugar.
En su día, aplaudimos la subida del IRPF. No por la subida en sí misma, sino por tocar los Impuestos Directos en lugar de los Indirectos. Por coherencia, ahora debemos criticar lo anunciado.
¿Es necesaria la medida?
La respuesta es NO. Son necesarias medidas para conseguir mayores ingresos en las arcas del Estado, eso está claro, pero había otras posibilidades recomendadas por muchos expertos. Sin embargo, se ha ido por la vía más sencilla. Como ejemplo, dos posibilidades:
- Impuesto sobre las transacciones financieras.- Mucho se ha hablado de la necesidad de este impuesto -o tasa- que recaudaría en un año más dinero que lo que pretenden recaudar con la subida del IVA. Que no se aplique, es dar la razón a aquellos que piensan que realmente quién gobierna no es el Gobierno, sino las instituciones financieras.
- Incremento de Impuestos Directos para grandes rentas.- Subida tanto del IRPF para los más ricos, como la subida del Impuesto de Sociedades para las Grandes Empresas. Sólo tenemos que recordar que en España las Grandes Empresas pagan un porcentaje de impuestos muy inferior a las Pequeñas Empresas. Que no se aplique, es dar la razón a aquellos que piensan que realmente quién gobierna no es el Gobierno, sino las Grandes Empresas.
¿Se logrará la recaudación prevista?
Aunque me encantaría equivocarme, la respuesta es NO. La subida del IVA no es tan grave para el precio de los productos. Un café de 1€ pasará a costar 1,02€. Un par de zapatos de 50€ pasará a costar 51,5€. Una vacaciones de 1.000€ pasarán a costar 1.020€. Está claro que nadie dejará de tomarse el café, de comprarse los zapatos o de irse de vacaciones por esa diferencia (¿o sí?). El problema es más psicológico que económico. Está demostrado que la subida de los Impuestos Indirectos provoca una disminución del consumo. El miedo a pagar más caro es superior a la subida en sí misma.
Por tanto, el consumo va a disminuir. Si el consumo baja, las pretensiones de mayor recaudación de la medida se verán mermadas al estar calculadas con la actual recaudación. Desde estas líneas, hemos dicho que estamos ante una crisis de consumo, que potenciando el consumo se podría ir saliendo poco a poco del agujero. Pero si el consumo baja, las «fichas de dominó» pueden caer todavía más. La gente no consume, el empresario no vende, el empresario no puede consumir, el empresario debe despedir a sus trabajadores, los trabajadores no pueden consumir, etc …
No hay más que revisar la subida del IVA del 2010. Muchas publicaciones se han hecho eco del descenso de la recaudación del IVA pese a la subida de los tipos impositivos. Y no olvidemos la economía sumergida … Cuánto mayores sean los impuestos, más rentable sale defraudar. Si ahora la gente busca ahorrarse un 18%, mucho más si es un 21%.
¿Sólo afecta a los ciudadanos pero no a las empresas?
La respuesta es NO. Hoy he leído en algún foro que a las empresas no le afecta la subida del IVA. Tal afirmación errónea se basa en la neutralidad del Impuesto para las empresas (recaudan e ingresan un IVA, pero se deducen el que pagan). Aunque es cierto, no debemos olvidar la importancia que para los empresarios tiene el precio de sus productos. Si sube el IVA, el empresario se enfrenta a un dilema: o mantiene precios y su margen de beneficio se reduce o sube los precios igual que el IVA sabiendo que provocará un menor consumo de sus productos. Por tanto, sí afecta y mucho al empresario.
Todo ello sin olvidar que a los empresarios que por su fiscalidad (actividades exentas y regímenes especiales) no pueden deducir el IVA soportado, todos sus gastos van a aumentar (alquiler, luz, mercancía, …).
Nuevos tipos y entrada en vigor de la subida del IVA
Recordemos que sube el tipo máximo general del 18% al 21% y el reducido del 8% al 10% (turismo y ocio, alimentos elaborados, transporte, etc). No se toca el 4% (alimentos básicos como la leche, pan, huevos fruta y verdura, medicinas, libros, etc). Sin embargo, la redacción legal de la medida puede suponer un mayor incremento en algunos sectores. Si alguna actividad en régimen reducido del 8% o del 4% pasa al siguiente escalón, la subida puede ser todavía mayor.
La entrada en vigor es otro aspecto importante de la medida. Lo más sensato sería pensar en el 1 de Enero de 2013, aunque parece algo imposible. Pensar en el 1 de Octubre sería algo malo, pero con tiempo de maniobra. Pensar en el 1 de Agosto sería una horrenda noticia. Pensar en que puede entrar en vigor el lunes que viene sería una irresponsabilidad.
Tengamos en cuenta la logística necesaria para hacer frente a una reforma así (sistemas informáticos, contabilidad, etiquetado de nuevos precios, …) Una medida así necesita un tiempo para poder adaptarse a ella. Esperemos que sean consecuentes y no sea inminente.
Conclusiones finales
No nos oponemos a adoptar medidas para reducir el déficit público. Está claro que no se puede seguir así, está claro que debe reducirse de forma urgente, está claro que hay que adoptar medidas impopulares y dolorosas. Pero, entre todas las posibilidades, pensamos que la subida de IVA es una de las peores. Puede detraer más el consumo y, en consecuencia, agravar más la crisis. El mayor deseo es equivocarnos, rectificar lo aquí escrito y escribir que el Gobierno acertó plenamente.
En otro momento, si hay tiempo … y ganas … trataremos de ir explicando otras de las medidas anunciadas, aunque lo mejor será esperar a que sean aprobadas. Muchas veces, la letra del BOE nos descubre muchas sorpresas.
Y por cierto, ¿dónde están las medidas para incentivar la economía? Seguimos buscando y buscando … y no encontramos nada.
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